Hoy, día 17 de febrero, comenzamos la Cuaresma, tradición religiosa milenaria, tiempo terapéutico, para el crecimiento vital y espiritual, tiempo de practicar cuidados que ayudan a las personas y a la comunidad en su vivencia de la experiencia de Dios. Tiempo para el cuidado del propio ser, tiempo para ejercitar el cuidado de los otros y tiempo para cuidar la experiencia y relación con Dios, ver las cosas con los ojos de Jesús, con su ternura y compasión.
En el Natividad de Nuestra Señora celebramos este inicio de un camino nuevo con la imposición de la ceniza. Después de una oración en común, en cada una de las clases se celebró este gesto que simboliza el cambio de vida que queremos iniciar. Siempre es tiempo de crecer, de mejorar. Es lo que nos recuerda este símbolo de la ceniza, nos desprendemos del pasado e iniciamos una vida nueva.
